martes, 11 de diciembre de 2018

Cuando los valores no son valores.

Estimados lectores, el día de hoy quiero escribir sobre una situación que visualizado y me parece injusto. Pensamos que es un valor respetar a las personas mayores, mujeres embarazadas, personas con discapacidad, niños. Por lo que hay que darles prioridad en ciertos escenarios por la capacidad que puedan tener, sin embargo, en ocasiones el tener estas características vuelven a las personas abusivas. Y esto hace que los valores, ya no sean valores.

Podemos ejemplificar esto en una buseta o en el trasporte subterráneo. Donde se solicita que se cedan los asientos a personas con movilidad reducida, mujeres embarazas o personas con niños en brazos. Sin embargo, el abuso también se hace presente, lo piden como si se tratara de una obligación o exigencia. Y si la persona se niega se escuchan comentarios como: “este no vive más de 25 años” “por eso la sociedad esta como esta” “este no tiene mamá” entre un sinfín de comentarios ofensivos.

Sin embargo, no piensan si la persona a la que le están haciendo tal solicitud tiene un problema de salud, trabaja de noche, estudia y a su vez trabaja, etc. Lo cual también lo hace merecedor de un descanso.  Debemos ser más empático antes de solicitar empatía, además si de consideras que es necesario ir sentado. Siempre puedes ir al terminal donde abordar el transporte público mucho más fácil.

En ocasiones las personas que trabajan y estudian deberían ser incluso más merecedoras de tal asiento. Ya que estos van gastar un mayor nivel de energía (y disculpen mi comentario no quiero pecar por prejuicioso, pedante ni déspota) pero son más relevantes que las personas que van a pasear o a hacer una diligencia en particular.

Caso que ocurre con los niños, salen a la calle con niños (quizás pudiéndolos dejar) y luego solicitando asientos. Cuando los niños están en proceso de crecimiento y tienen energía de reserva aun. No tienen motivo real para estar cansados (o al menos eso se puede suponer). A diferencia de la persona que va a su trabajo a gastar 6 u 8 horas de su día a cumplir una función que de una o de otra manera va a desarrollar el país lo que beneficia a todos.

Este mismo suceso interesante ocurre en las colas, por ejemplo. En el banco se les da prioridad a las personas preferenciales, sin embargo. Considerando que estas personas posiblemente están sin ocupaciones. Ellos pueden esperar sentados tranquilos y darle prioridad a las personas que deben ir a cumplir un compromiso de distinta índole.

No quiero decir, que estas reglas están malas, si quizás pienso que están un poco distorsionadas. Empero pienso que al exigir valores de una manera tan exigente y oprimente. Dejamos de implementar los valores, cuando somos irrespetuosos o dejamos de ser empáticos.

A las personas deben nacerle este tipo de acciones o conservar la iniciativa en un momento realmente determinante (una mujer embarazada que rompa fuente o alguien que se desmaye, etc). Debemos entender todo lo que vincula a cada acción que realizamos. Porque como dice la tercera ley de Newton “A toda acción corresponde una reacción en igual magnitud y dirección pero de sentido opuesto”. Es decir, todo lo que hacemos genera una consecuencia. Porque aunque Sir Isaac Newton planteó esta teoría en la física bien se aplica a la sociedad.

Todo trae consecuencia sea bueno o sea malo, todo trae consecuencia. Y como dictan las leyes de la mecánica celeste “cuando dos cuerpos colisionan siempre hay un daño de clase colateral”. Ya sea que termina creándose una pelea, disputa o discusión. También puede que la persona ceda su puesto aunque este agotado y luego colapse su salud solo por tener el buen gesto que lo obliga la sociedad.

No espero cambiar acciones con mi texto ni quiero cambiar las leyes. Solo invito a pensar en esto y reflexionar, seguro Uds. Lectores, tienen mayores ideas, ejemplo, experiencias, vivencias, anécdotas o incluso difieran conmigo. Los invito a comentar sus puntos de vista, recuerden que en Pomum, cualquier cosa puede ser escrita.

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